El futuro de nuestro fútbol

El fútbol venezolano es una caja de sorpresas y la más clara muestra de desidia y ausencia de planificación en el deporte nacional. No me refiero al fútbol de selecciones, ya que el progreso obtenido en esa área es palpable, escaso pero palpable al fin; hago mención al fútbol de equipos – no de clubes porque en nuestro país puede que hayan máximo dos exponentes de esa manera de entender este deporte – y a las miserias que lo caracterizan.

Cada fin de semana se suman nuevos ejemplos que corroboran lo mencionado anteriormente: mal juego, arbitrajes desastrosos, violencia y estadios vacíos que además no están en condiciones para jugar al fútbol. A ello hay que sumarle el show semanal, aquel que protagonizan los equipos y las imperdonables deudas económicas con sus jugadores, pronunciamientos del Consejo de Honor que nadie comprende, una Copa Venezuela que no se transmite y un desprecio por la discusión futbolera, alejándola del juego para acercarla a espacios ocupados por la prensa rosa. Ese es nuestro fútbol, pero aunque usted no me crea, no tiene porque ser nuestro futuro.

Muchos de nosotros vivimos con emoción el cambio en el juego y de resultados que caracterizaron al ciclo de Richard Páez. Hasta la llegada del técnico merideño se daban episodios como que la selección uruguaya fuese local en el estadio Brígido Iriarte en un partido de eliminatorias. Pero eso cambió con Páez y se mantuvo con César Farías. Los futbolistas venezolanos empezaron a ser reconocidos y la camiseta vinotinto por fin fue ese ícono que tanto nos hacía falta tener.

Pero a esos jugadores que cambiaron la dinámica de nuestra selección les toca ahora una dura misión. Ellos, como figuras que iniciaron este avance, deben ocuparse de nuestro fútbol, el de verdad, el de todos los fines de semana. Son ellos los que deben asumir las riendas de este deporte porque han sido quienes han sufrido en carne propia el desprecio de los dirigentes por nuestro torneo y por quienes asisten a él. Son estos vinotintos los que deben ponerse en campaña por un “fútbol mejor” que no será perfecto, pero no me quedan dudas de que tendrá una mejor cara que la actual.

Ya Juan José Vidal y otros ex jugadores lo intentaron sin mucho éxito, pero hoy ha llegado el momento de los “Pájaro” Vera, los Mea Vitali, los Rey y otros que, con mayor peso mediático que “Cheché” y sus colegas, den inicio a la tan necesitada transformación de nuestro fútbol. ¿Por qué ellos? Porque ya saben lo que significa luchar con el viento en contra. El fútbol venezolano los espera

Columna publicada en el diario Líder el jueves 07 de noviembre de 2.013