Como la frase que titula estos envíos mundialistas, España naufragó en el Mundial Catar 2022. Luis Enrique no sigue en el cargo y Luis de la Fuente es su reemplazante. La desilución ha sido muy grande y, como en muchos de los casos, los análisis no se dirigen hacia la comprensión del fenómeno. Por el contrario, el público lee y escucha datos insignifcantes como porcentaje de posesión o cantidad de pases dados. Un entrenador de alto nivel no exige a sus futbolistas dar pases así, sin intencionalidad. Tampoco les prohibe aprovechar desmarques de ruptura o piques al vacío. Todo equipo se pasa la pelota, bien sea en corto o en largo, con el objetivo de encontrar espacios libres y explotarlos en su beneficio. Lo demás, lo que gritan desde algunos medios, es pescado podrido que únicamente tiene como finalidad llenar las incontables horas que deben cumplir al aire.
Hoy, la correspondencia va en modo video, aprovechando que la peste parece alejarse del autor y el optimismo crece.
“No me considero pesimista. Pienso en un pesimista como alguien que está esperando que llueva. Y yo me siento empapado hasta los huesos”. Leonard Cohen