La mentira del interinato

“Nos documentaron para deportar lo aleatorio, nos inclinamos a confiar en la linealidad de los procesos, en definitiva, creemos residir en un mundo dominado por la estabilidad y la regularidad de sus acontecimientos…”. He estado repasando los textos del entrenador y escritor español Oscar Cano Moreno, padre de la frase que da inicio a esta columna, porque cada vez que pienso en el interinato del profesor Manuel Plasencia hay algo que me incomoda y que he fallado en explicar a quienes leen este espacio.

Conozco al profesor Plasencia y sé de sus buenas intenciones. Por ello quiero dejar bien claro que mi rechazo a esta provisionalidad no es algo que tenga que ver con su persona sino con la manera como se maneja la FVF. Revisando las decisiones de Rafael Esquivel y sus pares me convenzo cada vez más que de fútbol entienden poco y que tienen una visión mecanicista de la vida, ya que para ellos, según Fritjof Capra, “el mundo es una colección de objetos. Sus interacciones, sus relaciones son secundarias”. Pero volvamos al inicio de esta columna y a la frase de Cano.

Los dirigentes venezolanos asumen que, a pesar de no haber nombrado al director técnico de la selección nacional absoluta, es importante hacer convocatorias y pautar un par de partidos amistosos, todo ello con la intención de que “se junten los futbolistas”. Estos señores, en una muestra de concepción lineal, sienten que con ese mínimo esfuerzo se mantiene el espíritu de convivencia de los jugadores, sin importarles la idea de juego y mucho menos las relaciones humanas.

Hago referencia a las relaciones interpersonales y pienso en las redes de comunicación, entendiendo a estas como un conjunto estructurado de personas y medios con un mismo fin. Ese grupo de individuos o equipo necesitan un conductor que los guíe y que sepa sacar lo mejor de ellos. Pero si éste no puede desarrollar su trabajo porque luego será substituido por otro y por otras ideas, ¿acaso su estadía al mando del equipo no traerá como consecuencia una mayor confusión?

“Vamos a intentar no atentar contra lo que ellos son, a ver si conseguimos una forma de jugar que sea su forma de jugar”. Juan Manuel Lillo, rescatado por Cano, nos ofrece la respuesta a por qué este interinato es improductivo. De nada vale “juntar” a los futbolistas si no tenemos en cuenta todo lo que compone a un equipo. Toda conclusión a la que pueda llegar el DT interino desaparecerá con la llegada de quien ocupe definitivamente el puesto de conductor, y el tiempo que haya transcurrido hasta ese momento será justamente lo que usted está pensando.

Columna publicada en el diario Líder el domingo 04 de Mayo de 2.014