El caos de Richard Páez

“Yo digo que el sistema defensivo tiene que ser automatizado, convertido en costumbre, en hábito, pero nuestro ataque debe nacer del caos. Nosotros intentamos generar caos. Lo hablo siempre con mis jugadores y el cuerpo técnico: tenemos que buscar maneras de organizar el caos para así transformarlo en caos para el rival y no para nosotros. Eso sí, cuando perdemos el balón debe existir una reacción inmediata para conseguir de nuevo la regularidad, el orden y los hábitos”.

La frase pertenece a Richard Páez, y puede ser revisada en una entrevista que me concedió hace unas semanas para el sitio web de Martí Perarnau (http://www.martiperarnau.com/articulos-de-futbol/richard-paez-el-nombre-del-cambio-ii-parte/) . En ella, además de la afirmación que da inicio a esta columna, hay otros conceptos que valen la pena revisar, sobre todo por aquellos que dudan de las capacidades de los entrenadores venezolanos y prefieren que a nuestra selección la conduzca cualquiera que sólo cumpla con el requisito de haber nacido fuera de nuestras fronteras. Pero volvamos al caos.

En la exposición del técnico de Mineros de Guayana – ¿son estos sus últimos días en el equipo negriazul? – aparece la palabra caos como una virtud y no como enemiga del proceso evolutivo de un equipo de fútbol. Dentro de las definiciones de este fenómeno, en el sitio web Wikipedia se lee una que explica lo que el merideño plantea: “el caos es la complejidad de la supuesta causalidad en la relación entre fenómenos (eventualidad) sin que se observe una traza lineal que relacione la causa con el efecto”.

Con esto Páez intenta convencer a sus futbolistas de algo que ya Marcelo Bielsa explicó hace un par de años: “yo miro videos para atacar, no para defender. ¿Saben cuál es mi trabajo defensivo? Corremos todos. El trabajo de recuperación tiene 5 o 6 pautas y chau, se llega al límite. El fútbol ofensivo es infinito, interminable. Por eso es más fácil defender que crear. Correr es una decisión de la voluntad, crear necesita del indispensable requisito del talento”.

El juego del fútbol es un acto indivisible. Atacar y defender son conductas hermanadas por algo más que un trabajo táctico: la actitud. Cuando el ex seleccionador vinotinto habla de generar caos, lo que realmente está haciendo es pedirle a sus futbolistas que jueguen según sus cualidades y su intuición. No es un llamado en contra del trabajo de la semana; todo lo contrario, es recordarle al jugador que es él quien tiene la potestad de decidir y que debe atreverse a ello, a vivir y a promover lo imprevisto. A hacer que pasen cosas.

Columna publicada en el diario Líder el domingo 20 de Abril de 2.014