La noche en el Camp Nou

Jornada 22. Liga de España. Camp Nou de Barcelona.

El equipo blaugrana juega un muy correcto primer tiempo en el que aparecen fallos característicos tales como la ausencia de definición y centros a la nada. Valencia gana un gran partido y por primera vez Gerardo Martino, entrenador del equipo catalán, deja claro que está preocupado por el rendimiento de su equipo. Anteriormente, sus reflexiones negaban la continuidad de este juego. La prensa toma nota del gesto de su entrenador y empieza a preocuparse por el juego. La angustia es superficial; si el domingo recuperan la punta ya no se hablará del juego sino de la efectividad.

Semifinales de la Copa del Rey. Partido de ida. Camp Nou de Barcelona.

El equipo local vence a la Real Sociedad dos goles por cero. Por momentos el equipo de Martino entrega algunas señales que invitan a pensar en el mantenimiento de la identidad de un modelo que ha sido alabado por el mundo entero. Hasta ahora son sólo muestras aisladas que para muchos son positivas mientras que para otros – entre los que me encuentro – son la continuidad de un incendio que comenzó en 2.012 y aún no ha sido controlado.

A estas alturas, luego de tantas pistas, ¿alguien recuerda el reclamo de Pep Guardiola, entrenador que condujo a la mejor versión de este equipo en la historia? El ahora entrenador del Bayern alemán exigía a sus jugadores “sonreír poco y correr más”, recordándoles que la excelencia cuesta sangre y sobretodo mucho sudor. Marcelo Bielsa, por su parte, afirma que correr es un acto voluntario, no de inspiración. A mis jugadores les digo que jamás podría reprocharles la falta de talento”.

Quienes conocen al cuadro catalán afirman que este equipo desechó la máxima de Guardiola y ha preferido no leer al rosarino; hace más de dos años se entrena con un grado menos de intensidad, lo suficiente para haber bajado del olimpo y convertirse en un fenomenal conjunto mortal.

Una extraordinaria frase de la serie de televisión Shameless nos recuerda que “ante la disyuntiva, el ser humano generalmente elige la peor opción”. Guardiola se fue para no tener que hacerse daño con futbolistas que adoraba pero a los que ya no podía pedirles tan siquiera que mantuviesen los niveles de sacrificio.

El resultado del miércoles es celebrado por aquellos que sólo ven el marcador. Obnubilados por una alegría efímera no se dan cuenta que pueden seguir ganando, pero que la brillantez de antaño ha dado paso a una oscuridad que hace pensar que la noche ha llegado para quedarse un buen tiempo.

Columna publicada en el diario Líder el domingo 09 de Febrero de 2.014

http://www.liderendeportes.com/Opinion/Columnas/Apuntes-del-Camino/La-noche-del-Camp-Nou.aspx