Permítame expresar mi disconformidad con los campeonatos cortos. El argumento de que la emoción es consecuencia de la menor cantidad de partidos me es insuficiente. Además, estoy seguro de que este formato atenta en contra del jugador, del ritmo de juego y en consecuencia, del espectáculo, ese que por falta de atractivo sigue siendo pobre y mediocre.
La historia nos enseña que los “torneos cortos” se definen en las últimas fechas, lo que según los defensores de esta modalidad, acerca al público a los estadios. Verdad a medias, como así lo demuestran las estadísticas . Pero más allá de las sensaciones, vale la pena sumergirnos en otras carencias que presenta esta competición.
El Torneo Apertura termina normalmente el segundo fin de semana de Diciembre. Hay equipos que empiezan a trabajar de cara al Clausura apenas un par de días después, irrespetando el período de descanso necesario para poder afrontar las obligaciones futuras. No me refiero únicamente al desgaste físico sino a lo que se conoce como “fatiga cognitiva”, que no es otra cosa que el agotamiento mental del futbolista en este caso, quien necesita ese reposo para seguir brillando en una actividad – fútbol – en la que se toman decisiones permanentemente.
Rui Faría, preparador físico de José Mourinho es de quienes afirma que el fútbol, es una actividad compleja que requiere de una concentración máxima, por ello, siempre según él, “no es por eso de extrañar que la fatiga táctica (cognitiva) surja antes que la fatiga física”.
En nuestro caso analicemos lo siguiente: desde mediados de Diciembre hasta el diez de Enero se “preparan” los equipos para volver a competir. No es un mes completo porque las celebraciones decembrinas interrumpen el trabajo. Si el objetivo de una pretemporada es que un equipo asimile, desarrolle y magnifique una idea de juego, lo que hacen los equipos venezolanos en esta etapa es simplemente una readaptación al trabajo, pero en el caso de algunos, se convierte en el espacio para conocer a un nuevo entrenador y sus ideas.
Reflexionar acerca de esto nos vendría bien, sobre todo si entendemos que por mas que los futbolistas entrenen en doble o triple turno, este pequeño lapso de tiempo no termina de convertirse en uno que, como explica el preparador físico español Miguel Chamorro, “sea un período constructivo y no destructivo de las capacidades de asimilación del juego por agotamiento”. En dos semanas poco se puede hacer, y la mayor prueba de ello está en las actuaciones de nuestros clubes en la Copa Libertadores. ¿Queremos trascender internacionalmente? Revisemos el calendario.
Columna publicada en el diario Líder el jueves 02 de Enero de 2.014