César Farías renunció a su cargo de seleccionador nacional. Lo hizo a través de una carta publicada en su blog (http://cesarfariasdt.blogspot.com/2013/11/carta-la-aficion-vinotinto.html) y en ella hay algunas consideraciones que, más que esclarecer el misterio que tanto él como la FVF han alimentado, aumentan las dudas que caracterizaron la relación Farías-Esquivel. Ateniéndome únicamente al comunicado – publicado por Gustavo Pellicena y no por Farías – quisiera compartir algunas consideraciones.
– El entrenador, o quien haya redactado el comunicado, afirma lo siguiente: “debo aclarar ante el país que el no haber hecho declaración alguna sobre este delicado aspecto ha sido única y exclusivamente por respetar los lapsos acordados con la Federación Venezolana de Fútbol y, particularmente, con Rafael Esquivel, con quien siempre abordé todo lo concerniente a mi labor“. Pregunto, ¿cómo se combina ese respeto al cual hace referencia el Sr. Farías con la negociación que ha llevado a cabo con el equipo mexicano Xolos de Tijuana? ¿La relación laboral era entre Esquivel y Farías o entre la FVF y Farías?
– Unos párrafos más abajo, Farías cuenta la razón por la que hasta hoy no se había separado del cargo: “Esquivel, de manera reiterada, me pidió que lo pensara con calma y que me tomara un tiempo prudente, que su deseo era que siguiera en el cargo y que esperáramos la convención de la FVF prevista para el 28 y 29 de noviembre en Porlamar, en la cual se trataría mi caso“. Justifica lo intempestivo de esta comunicación ya que el día de ayer se enteró “a través de los medios de comunicación, que no será hasta el mes de enero cuando probablemente se discuta el tema de la dirección técnica. Ante esta realidad, quiero expresar públicamente mi decisión irrevocable de renunciar al cargo de Seleccionador Nacional. Otro lapso de espera sería perjudicial para la propia selección“. Hay que hacer notar que en la carta publicada en el blog del seleccionador no hay en ninguno de sus párrafos una continuación de esa charla que sostuvo con Rafael Esquivel luego del partido ante Paraguay. Según lo publicado en ese blog, Farías no respondió contundentemente a la propuesta hecha por el presidente de la FVF para continuar a cargo de la selección nacional. No hubo un sí ni un no, y esto es llamativo, porque si no había renunciado a sus obligaciones, ¿cómo se explica que haya entrado en un proceso de negociaciones con otro club?
– El ex seleccionador confiesa también que “mi permanencia o no como seleccionador nacional nunca ha dependido de un contrato ni de cláusulas de rescisión, ni nada parecido. No existe contrato porque todo giró alrededor de un acuerdo verbal con el presidente de la Federación, quien cabalmente cumplió con lo acordado, por tanto he esperado pacientemente, tal y como lo solicitó el propio Esquivel, por la decisión de la FVF hasta el día de hoy“. Rafael Esquivel, presidente de la FVF, tiene una idea distinta a la expresada por su (ex?) empleado, como así lo explicaba al diario El Nacional el 04 de octubre de este año: “César Farías tiene contrato vigente hasta el final del Mundial, es decir, hasta agosto de 2014. Después de ese momento, decidiremos qué ocurrirá con el seleccionador nacional, y lo informaremos oportunamente al país“. Estimado lector, las confusiones son el pan nuestro de cada día y ninguno de nosotros está libre de caer en una de ellas, pero olvidar si se ha firmado o no un contrato es algo muy peligroso, sobre todo porque indicaría graves problemas cognitivos. Ahora bien, si en vez de olvidar la existencia del vínculo contractual lo que hay es una pequeña mentira blanca, pues abróchense los cinturones; al fútbol venezolano lo conducen personajes capaces de estas conductas con tal de mantenerse en el poder o, peor aún, de hundir al adversario de turno.
– En esa misma afirmacion hay otra cosa que queda clara: el desprecio de la FVF por las formas. Supongamos – ya no se puede descifrar qué es cierto y qué es falso – que el vínculo, como lo expresa el Sr. Farías, haya sido de palabra, dado el grado de confianza entre Esquivel y Farías. Pero, ¿puede una institución tan grande como la Federación Venezolana de Fútbol manejarse de manera tan informal? ¿Cómo le explicaría Esquivel a sus directivos que él y sólo él está en capacidad de negociar con el director técnico el futuro de la selección? De ser cierto el acuerdo verbal entre Esquivel y Farías, ¿para qué diablos están entonces los otros miembros de la directiva?
– Ante la asombrosa e inexplicable decisión de la FVF de no discutir el tema del seleccionador nacional hasta finales de enero de 2.014, Farías responde que “ante esta realidad, quiero expresar públicamente mi decisión irrevocable de renunciar al cargo de Seleccionador Nacional. Otro lapso de espera sería perjudicial para la propia selección“. Sigo sin comprender algo: si hay un contrato y no se ha confirmado la intención de rescindirlo, ¿cómo es que había que tomar una decisión acerca del mismo? Recapitulemos para que no hayan confusiones: el seleccionador había tomado la decisión de abandonar el cargo una vez finalizada la eliminatoria. Esquivel le pidió que reconsiderara y hasta el día de hoy no hubo una respuesta que confirmara su voluntad de renunciar. En el interín algo se quebró; el seleccionador negoció con el equipo Xolos de Tijuana y según trascendidos de la prensa, viajaría la semana que viene para hacerse cargo de ese club.
– César Farías tiene derecho de decidir su futuro profesional. Rafael Esquivel tiene la potestad de contratar o destituir a quien le parezca. La FVF puede seguir siendo un ente presidencialista cerrado a los cambios y poco dado a comprender la realidad de este deporte en nuestro país y en el mundo. Los actores mencionados, sumados a quienes se acomodaron y aplaudieron estas aberraciones, son cómplices del deterioro de nuestro fútbol. Porque si bien es cierto que la Vinotinto se ha ganado un respeto internacional gracias a sus actuaciones, no se equivoquen; eso lo han logrado los futbolistas y sólo ellos con su rebeldía, sus cualidades y su hambre de triunfos. Hoy ha vuelto a quedar claro que tanto el entrenador como la dirigencia tenían una agenda personal que iba más allá del fútbol y gracias a su egoísmo desmedido, han logrado lo que hace un tiempo parecía imposible: manchar el nombre Vinotinto.
Hoy, a través de Twitter, de un blog y del silencio quedaron todos retratados.
P.D: ¿No se consideró comprar un dominio web? Hacer todo esto a través de un blog es cuando menos un insulto a la solemnidad y el respeto que merece la Vinotinto