El substituto de Farías
La más que probable salida de César Farías de la Vinotinto ha desconcertado a muchos, sobre todo a quienes pensábamos que su continuidad estaba asegurada. Sorprende además que al mencionar los posibles candidatos para sucederlo, solo se tome en cuenta la cantidad de trofeos que estos han logrado sin reparar en cómo han jugado sus equipos, olvidando que la valía de un entrenador no se cuantifica en medallas sino a través de la construcción de un modelo de juego acorde con sus futbolistas. No pretendo restarle importancia al papel del director técnico, pero sí creo necesario recordar que su elección comprende algo más que una manifestación de gustos o caprichos y la FVF así debe entenderlo.
La nacionalidad del futuro técnico no debería ser un valor tan importante, y por ello prefiero ocuparme en las virtudes que este debe poseer. Un seleccionador es justamente eso, alguien que debe tener la capacidad de identificar el momento que vive cada uno de sus futbolistas para así conjugar esa actualidad con las cualidades innatas de cada jugador y las relaciones que se sucedan en el terreno de juego.
Esto quiere decir que el seleccionador debe tener la fortaleza de tomar decisiones que beneficien a la idea de colectivo. No es un trabajo sencillo porque la FIFA se ha encargado de restarles tiempo de preparación a los conjuntos nacionales y por ello los seleccionadores no cuentan con las horas de entrenamiento necesarias para transmitir todo lo que desean.
La repetición del término seleccionador no es casual. Hay que tener en cuenta que el DT de un equipo nacional es justamente un seleccionador, alguien que idealmente atesore la capacidad y la madurez de elegir futbolistas sin reparar en amistades o compromisos; si lo prefiere, un seleccionador es una especie de coleccionista de futbolistas. No basta sumar trofeos o distinciones, hay que ir más allá y considerar todo lo que lo caracteriza, como, por ejemplo, la relación con los jugadores, su salida de los equipos, su manejo ante la prensa y su adaptabilidad a los recursos; es decir, a las cualidades de los jugadores.
Saque usted su conclusión acerca de cuáles de los candidatos cumplen con los requisitos que señalo en este espacio. Hay otras condiciones que exploraré en próximas entregas y que seguramente harán que vayan desapareciendo nombres. Eso sí, le recuerdo que este ejercicio que hacemos es solo eso, un juego, ya que seguramente la FVF ya ha hecho su elección.
Columna publicada en el diario Líder el jueves 28 de noviembre de 2.013