Más playa, menos fútbol

No es fácil juntar a tantos jugadores y armar un equipo, porque vienen de equipos diferentes“. Son palabras de Edson Rodríguez, entrenador del Deportivo Petare y ex jugador de la selección nacional. En la misma nota que se puede leer en la edición del lunes 08 de Agosto en el diario Líder, Rodríguez agrega que “por eso fue que arrancamos temprano, porque queremos que ya se vaya haciendo el grupo y se vayan conociendo dentro de la cancha“.

Las declaraciones del técnico parroquial a la periodista Jessica López no van de la mano con la mayoría de los trabajos que muchos equipos vienen realizando en ciudades de playa. Para entender lo que afirmo, bien vale la pena observar la fotografía que envía el departamento de prensa de ese equipo:

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Después de recordar que dicha imagen fue enviada por el mismo club, quiero pensar que la segunda parte del día es utilizada para tareas que Rodríguez considera importantes para que “se vaya conociendo el grupo“. Ahora bien, ¿no sería más productivo y positivo que todos las labores – física, técnica, táctica, psicológica y de conocimiento de grupo – sean realizadas en la cancha de juego? Me explico: si la misión del entrenador es acoplar tantos jugadores a una idea de juego, que se conozcan, que exista complicidad y, sobre todo, que tengan los elementos para tomar las mejores decisiones en beneficio del bien colectivo, entonces ¿por qué realizan esa faena pensando únicamente en una supuesta preparación física?

Adentro de una cancha, los futbolistas pueden trabajar todos los aspectos que componen este juego y que antes mencioné, agregando la posibilidad de generar complicidad y sociedades tan necesarias para que la palabra equipo no sea una simple referencia.

Expresa Edson Rodríguez que acoplar tantos jugadores nuevos es tarea difícil, que hacer que todos comprendan la idea de juego es complicado. ¡Claro que lo es! Pero esa labor se dificulta aún más cuando la mitad de la pretemporada se lleva a cabo en escenarios como los que muestra la fotografía que adorna este escrito.

Un entrenador alguna vez me explicó que con estos “viajes” a la playa lo que se busca es entregarle al futbolista la posibilidad de trabajar en un ambiente distinto para que se motive con las tareas y no se fastidie de estar siempre en el mismo lugar, bajo la misma rutina. Suponen que la vista al mar hará menos pesados unas actividades que no mejoran el estado físico del jugador para jugar al fútbol y olvidan que la práctica que más entretiene al futbolista es aquella que involucra al balón en todos sus ejercicios. Un jugador de fútbol no se aburre jugando al fútbol, lo que le disgusta son todas las tareas que nada tienen  que ver con la pelota.

Es una lástima que aquellos quienes jugaron prefieran mantenerse en su zona de confort antes que tomar riesgos. Hay costumbres que no por longevas dejan atrás sus aspectos negativos.

Fotografía cortesía del diario Líder y el departamento de prensa del Deportivo Petare