A propósito de Marc-Vivien Foé

La nota del diario Marca español dice lo siguiente:

Hoy se cumplen exactamente 10 años de lo sucedido. El 26 de junio de 2003 se disputó el encuentro de semifinales entre Camerún y Colombia. El equipo africano llegaba a esta ronda después de acabar líder de su grupo con dos victoria y un empate. Marc-Vivien Foé fue titular ante Brasil y ante Turquía. En el último encuentro de esta fase de grupos fue suplente y no tuvo minutos. Llegó el día de las semifinales y el por encontes centrocampista del Manchester City fue de la partida en el equipo dirigido por Winnie Schaefer. En el minuto 75, Foé cayó desplomado sobre el césped del Gerland Stadium a causa de un ataque al corazón. Los servicios médicos hicieron todo lo posible por reanimar al camerunés pero acabó perdiendo la vida en el hospital.

Diez años. Desde aquel triste incidente (que aún me niego a revivir por Youtube) me asusta pensar que en el fútbol venezolano no hay capacidad de reacción en caso de presentarse una situación similar.

Hace un par de años que hice un programa especial acerca de la necesidad de contar con un desfibrilador en cada campo de juego pero aquel reclamo cayó en saco roto. Mientras en Italia los equipos de tercera y cuarta divisiones se negaban a jugar si no había un desfibrilador en el campo, y mientras en España los podemos observar hasta en el aeropuerto de Barajas, en el fútbol venezolano seguimos creyendo que Dios protege a sus hijos menos aventajados.

Ojalá algún día los representantes del gremio de futbolistas de mi país se pongan los pantalones y reclamen medidas como la presencia de un aparato de estos en cada campo para luchar por la vida de sus agremiados.

Ah, es cierto, es la vida a la que hago referencia, no al espectáculo. Mis disculpas