– No fue un partido vistoso pero si uno bien jugado. Cada uno de los problemas que se plantearon tuvieron soluciones vinotinto. La selección corrió, supo cuando presionar, como despertarse después de unos minutos finales del primer tiempo en donde parecía caerse de sueño, y sobre todo, la selección supo jugar para ganar. Los siete disparos al arco así lo certfican.
– No es sencillo jugar en La Paz, y menos si el campo no es campo sino pista de cross country. Aún así, los mejores pasajes de la Vinotinto llegaron cuando apareció la pausa; cuando en vez de correr se pensó y entonces se ensayaron variantes a la verticalidad mostrada durante el primer tiempo. Tomás Rincón y Juan Arango fueron los baluartes de ese cambio.
– No me malinterprete: durante pasajes del primer tiempo la selección supo sacar provecho a esa endemoniada velocidad que caracteriza a Josef Martínez y a Richard Blanco. Pero la “ausencia” futbolística de César González trajo como consecuencia que todo se hiciese a 100km/h, incluso cuando Arango asumía labores de conducción.
– Por ello, cuando en el inicio del segundo tiempo apareció, de manos de Tomás Rincón el segundo de más tan necesario para llenar de dudas al rival, fue que vimos a la mejor versión de la Vinotinto. Fue un equipo que varió el ritmo y tuvo la posibilidad de liquidar el partido, sólo que en esta ocasión nos hizo falta la eficacia que en otros partidos nos ha acompañado.
– Bolivia no fue un rival sencillo ni un equipo sin alma. Tiene jugadores que parecen alejados de la élite pero que en un partido como el de hoy están dispuestos a disimular esas limitaciones a base de orgullo y amor propio. Y eso fue el conjunto de Azkargorta, un grupo de voluntariosos que chocaron permanentemente con esas incapacidades que todos conocemos pero que no son suficientes para destruir la ilusión boliviana. Tiene mucho trabajo por delante el sentrenador español, pero da la impresión de que si se lo permiten, puede armar una selección que le permitiría a Bolivia volver a ser competitiva.
– En la previa publicada el miércoles hablaba de la importancia, en un partido como este, de jugadores que saben ir al espacio, cualidades que poseen Richard Blanco y Josef Martínez. En el global, el ex Caracas tuvo menor influencia en el juego y por ello sorprendió que fuese Blanco y no él quien abandonase el terreno de juego en favor de un inédito Evelio Hernández.
– Renny Vega. Siempre Renny Vega. Para lo bueno y para lo malo está el aragüeño. Era un partido correcto el suyo, con algun grado de influencia en la tranquilidad que llegó a vivir la selección en el segundo tiempo, hasta que en la jugada del empate su salida en falso lo dejó expuesto hasta quien sabe cuando . Hay errores graves en el marcaje de ese saque de esquina, así como que nadie fue a pelearle la posición al jugador boliviano que se encargó de tapar la visión del portero, pero con Renny pasa lo mismo que con muchos arqueros: rápidamente olvidamos sus aciertos, mientras que sus errores quedan grabados en la memoria colectiva. Además, pareció pesarle la escasez de partidos en el semestre.
– Buena presentación de Gabriel Cichero, y a partir de esta afirmación se plantea la interrogante acerca de su futuro inmediato en la selección: ¿lateral o central? Cada opción trae consigo un par de consecuencias, pero como cada partido es una historia diferente se puede retrasar la decisión hasta que realmente sea necesario tomarla.
– La Vinotinto inicia su retorno a casa para enfrentarse a la siempre complicada selección uruguaya con la convicción de que el camino recorrido entrega una sensación de tranquilidad que no se conocía. No hay suspendidos y por ahora no hay lesionados, pero la mejor noticia es que la selección se trae consigo un botín que vale más que el punto conseguido en La Paz: la certeza de que su juego fue superior al resultado. Como buen gladiador, el equipo descansará pensando no en la batalla disputada sino en la que está por llegar, en la que más allá de las verdades estadísticas, un resultado positivo puede pagar algo más que la cuota inicial del pasaje a Brasil.
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